Tuesday, July 11, 2006

14. ARBORICIDIO EN LA AVENIDA

(EMITIDO EN PROTAGONISTAS SEVILLA -PUNTO RADIO, 93.0 FM- EL SÁBADO 3 DE JUNIO DE 2006)


Muy buenas tardes, El Camiante sigue gastando suela de sus mocasines por las calles de nuestra ciudad; calles curiosas, placitas de barrio, o lugares señeros, pisados por todos los sevillanos infinidad de veces. Hoy estoy el la Avenida de la Constitución. Aún deseando larguísima vida a nuestra Carta Magna, quizá debiera llamarse La Avenida, a secas, como hace el pueblo soberano: máxima dignidad que puede alcanzar una vía urbana en esta Hispalis nuestra: no necesitar ningún apellido para ser conocida.
No puedo extenderme mucho tiempo para hablar de su entorno: ese tercer templo mayor de la cristiandad y sus ennegrecidas fachadas, o la apasionante vida de oficinas, funcionariado más o menos ocioso del S.A.S. , y personal variopinto siempre de paso. He escogido un pésimo momento para visitarla: la Avenida está enrejada y repleta de excavadoras por las obras del Metrocentro. Los peatones, encerrados y paseando con dificultad.
Hay que definirse, y eso es peligroso porque mi indignación está alcanzando altos niveles. Peatonalización, sí, por supuesto: todos los alrededores de la catedral merecen ser paseados sin humos. Distinto es que ésta pudiera haberse realizado de otra forma.
Ahora mismo sólo tengo ojos para comprobar cón don Alfredo Sánchez Monteseirín y su equipo de gobierno municipal han ordenado y ejecutado la tala salvaje de muchos árboles de esta avenida y la Plaza Nueva; árboles hermosos, algunos casi centenarios, y en su mayoría, naranjos y plátanos de sombra. Es mentira que la mayoría estuviesen enfermos, tampoco afectaban a la plataforma del tranvía. Por lo visto, todo se reduce a una cuestión de simetría. El únic delito que han cometido los árboles talados es no estar a la interdistancia establecida en la que figurarán todos los árboles que deben adornar el proyecto municipal, desde la Plaza Nueva hasta la Puerta de Jerez, en un prodigio de simetría y mal gusto.
Ya sabemos por qué habéis sio reducidos a serrín: no formar un dibujito en la vegetación de diseño que el hortera de turno ha plasmado en su mapa, y que concibe vuestra presencia como un simple adorno artificial y simétrico.
En aras del progreso y ante unos cercanos comicios, se ha cometido un arboricidio en el centro de nuestra ciudad. Al llegar a la Plaza Nueva, un rey descendiente de sabios contempla el dantesco panorama: un siglo de historia vegetal hecho astillas con nocturnidad, alevosía y sed de ganar elecciones. Ya no tiene remedio: la barbarie casi se ha consumado. Por favor, no consintamos que esto vuelva a ocurrir. Si eres un camiante sensible de esta nuestra querida y maltratada Sevilla, piensa bien a quién das tu voto en las próximas elecciones municipales.