Wednesday, July 26, 2006

20. AEROPUERTO Y TAXI
(EMITIDO EN PROTAGONISTAS SEVILLA -93.0; PUNTO RADIO- EL SÁBADO 22 DE JULIO DE 2006)

Buenas tardes, El Caminante acaba de regresar de unas pequeñas vacaciones por varias ciudades europeas. Por fin respiramos al sentir posarse las ruedas de nuestro avión en las pistas del aeropuerto. No obstante, viajar es un placer inmenso, y una vacuna excelente para nuestra ombliguitis endémica hispalense.
Llegamos al aeropuerto de San Pablo, observando unas magníficas instalaciones que llevan demasiado tiempo esperando mayor número de visitantes. No estoy de acuerdo con los que afirman que está sobredimensionado: Sevilla vive fundamentalmente del turismo, y le corresponde a las instituciones y empresas del sector la promoción turística: conseguir entre todos rellenar esas pistas y terminales vacías, y no con el modelo de Mallorca o Málaga: busquemos turismo de calidad, o de congresos.
Estaba guardando mi cola en la parada de taxis del exterior cuando un sonrosado norteamericano de edad avanzada y menor vergüenza, sale a la calzada con sus maletas. Le explico en inglés que hay una cola y debe esperar su turno, y se hace el sueco. El taxicque se supone iba a ser para mí es cargado por un taxista tan maleducado como el americano saltándose a la torera todas las reglas, y ante la estéril pitada de los componentes de la cola. Me pregunto qué hubiese sucedido si en Londres, ciudad de la que vengo, a mí se me hubiese ocurrido hacer eso: creo que habría tardado segundos en ser recriminado por el bobby correspondiente. Desgaciadamente pienso que ningún taxista londinense hubiese aceptado colar a un extanjero o nacional.
Vaya por delante que este guiri no hubiese conseguido su objetivo si ese taxista no lo hubiese cargado, y también mi respeto por el dignísimo gremio del taxi, que mayoritariamente es ejemplar en su trabajo y atención a los clientes. Pero igualmente considero que debían depurarse y deshacerse de aquellos elementos que les dan una injusta mala fama, los mismos que negocian en una huelga apedreando autobuses o tirando huevos, esos que te perdonan la vida al cogerte en sus taxis.
Tanto en París como en Londres he observado unos taxis en ejemplar estado de revista, y no puedo decir lo mismo de mi ciudad.
Me pregunto por qué en Sevilla debo coger el primer taxi de una parada si éste no se encuentra en unas condiciones higiénicas y de conservación aceptables. Recalco que mi crítica se dirige exclusivamente a esa minoría ruidosa del gremio, porque el resto conocen que la excelencia de su trabajo consiste en el trato afable al cliente, ofrecerle el mejor servicio posible en un taxi pulcro, y las comodidades con las que cuenta el vehículo -aire acondicionado, por ejemplo-,no estar hablando innecesariamente durante toda la carrera por el comunicador, preguntar ruta deseada por el cliente en caso de duda, etcétera. Mi admiración por este profesional.