Thursday, July 06, 2006


6. EL SUELO DE SEVILLA

(EMITIDO EN PROTAGONISTAS SEVILLA -PUNTO RADIO, 93,0- EL SÁBADO 18 DE MARZO DE 2006)

Buen día y saludos del Caminante. Luminosa mañana para perderse entre callejas céntricas de esta hermosa villa. Pongámonos nuestra más liviana cazadora y démosle la bienvenida al aire polinizado de marzo.
Comenzamos por el sacro corazón de la urbe: Plaza Virgen de los Reyes, catedral gótica y minarete con cuerpo de campanas añadido, símbolo de lo que siempre han sido estas tierras: amalgama de culturas y posos que van creando una nueva realidad.
Nuestra mirada desciende desde la fachada de la Puerta de Palos hasta el pasmo de la última requetepavimentación de la zona. Adoquines regulares de los de toda la vida jugando con ciertos dibujos geométricos. Nuevos y acertados bancos frente a la fachada del Arzobispado y un correcto y necesario replante de naranjos de buen empaque y grosor, así como unos innovadores alcorques circulares recubiertos con rejillas metálicas, muy apropiados para no romperse los tobillos en bullas de Semana Santa. Seguimos hacia la Plaza del Triunfo para reconocer el acierto de la peatonalización de la zona y la unidad de conjunto que ofrece este nuevo pavimento.
El Caminante se pierde contemplando el suelo de nuestra ciudad, accidentalmente pisamos un excremento canino. Avanzamos en nuestro paseo corrigiendo con dificultad los problemas detectados en nuestro calzado, y llegamos a ese serpenteante río de calles anejas a la Cuesta del Rosario. Plaza del Pan, reminiscencias de minúsculos comercios medievales adosados a las espaldas de nuestro sufrido templo del Salvador.
Volvemos la vista a los suelos de Sevilla para descubrir otra nueva pavimentación. Se llama La Piel Sensible, y ha ganado hasta un concurso público de ideas. ¿Cuál es la esencia de tanta genialidad?, pues losas de granito de colores según las calles.
Me pregunto por qué cuesta tanto la simplicidad de la belleza, cuántos millones de euros llevamos enterrados en algo más de una década entre pavimentación, parcheo y repavimentación del entorno de la catedral para al final concluir con que el adoquín de toda la vida, ingeniosamente dispuesto, es bello, y lamentarnos pensando bajo cuántas losas de granito se enterró tanto dinero.
Y ya que hemos concluido con que lo vanguardista es colocar losas de granito coloreadas por las calles y que el adoquín es muy progre, no despilfarremos más dinero con tantas intervenciones, que si Sevilla tiene su piel sensible es de aguantar tantas heridas en forma de zanjas abiertas en cualquier calle una y otra vez para volver a abrir otros operarios distintos, y así no hay dermatólogo en Urbanismo capaz de curar tantas postillas.